Las marcas y el entretenimiento han tenido una relación simbiótica desde ya hace varias décadas, pero, en medida que la industria continua su evolución así también las empresas han aprendido a adoptar nuevas formas de hacer negocios.
Cobertura especial de Sebastereo, para FayerWayer.
Los esports no son ajenos a esta tendencia y conversamos con Raúl Fernández, General Manager de Riot Games para Latinoamérica, quien ha visto de primera fuente el cambio de algunas marcas respecto a su apreciación sobre los deportes electrónicos, dice:
Para nosotros es muy importante involucrar este tipo de marcas porque le da una exposición mucho mayor al juego, a los jugadores y a la escena competitiva, porque tienen un alcance mucho más amplio de lo que nosotros pudiéramos tener. Y nosotros, de la misma manera, les ofrecemos llegar a un nicho de audiencia que se les es complicado; a estos jugadores jóvenes, gente que está casada con muy pocas marcas, que son muy conscientes al momento de elegir qué elegir y qué no. Este tipo de asociación, con una liga de deportes electrónicos, es muy positivo porque ambos ganamos en este tipo de interacciones.
En el caso local, es Nivea y Gillette, conocidas marcas de cuidado personal que han apostado por esta industria transformándose en una clara demostración de cómo negocios no pertenecientes al nicho, se involucran con la escena competitiva.
La verdad es que existió un interés mutuo de estar buscando marcas no endémicas para hacer este ejercicio; integrar una marca súper tradicional a un mundo mucho más tecnológico como los videojuegos. Afortunadamente ellos estuvieron muy dispuestos a tener una interacción directamente dentro del juego: hacer las menciones del Baron Nashor, aparecer en las transmisiones y realmente aceptar este nuevo nicho. La verdad es que ha quedado bastante bien y la gente de Nivea está muy contenta con el resultado, al igual que nosotros con la recepción, declara el ejecutivo de Riot Games en una conversación sostenida con FayerWayer.
Durante la primera Esports Reunion, realizada en nuestro país, Héctor Calvo de ESL arrojó cifras de cómo se vivió el último ESL One Cologne en materia de ganancias para los sponsors.
“(…) nuestro evento de ESL One Cologne generó un retorno de inversión de 52:1, auditado por Nielsen, en contra de un 6:1 de un deporte tradicional. Esto quiere decir que por cada USD$1.000 que aportó una marca, recibió USD$52.000 de retorno (…)”.
Hoy los esports se han hecho de una sólida batería de auspicios que, en su gran medida, tienen relación directa con el nicho de negocio y el target; Intel, Red Bull, Coca Cola, Kingston, ASUS y cuanta marca de tecnología haga la sinergia necesaria para mantener el contenido vinculado.
Pero hay otros sponsors que no obedecen a la línea directa del público objetivo pero que sí han aportado grandes cantidades de dinero, diversificación del contenido y, además, un nuevo status a esta arista disciplinaria; Mercedes Benz, Airbus, Kia, Shell y, sin ir más lejos, el caso antes expuesto de Nivea y Gillette en la Liga Movistar Latinoamérica.
Hablemos de un “ahora” y no un “mañana”; las marcas tienen la posibilidad real de pertenecer, a buena hora, a lo que está moviendo audiencias y del nicho de negocios que genera un ROI gigantesco en comparación a los deportes tradicionales.