El reloj marcaba las 12:30 del 22 de noviembre de 1963, día que marco uno de los capítulos más oscuros de la historia política en Estados Unidos, con el asesinato del entonces presidente, John F. Kennedy, a manos del joven de 24 años llamado Lee Harvet Osweld.
60 años ha transcurrido, y continúa siendo uno de los primeros magnicidios en ser transmitido por televisión, y dejó una serie de dudas y teorías conspirativas que persisten hasta hoy. El carisma y las frases icónicas del exmandatario siguen vigentes en la cultura popular, documentales y museos.
Kennedy fue el presidente más joven de la historia estadounidense (43 años), el primero nacido en el siglo XX y el primer católico. Hijo de una familia acaudalada, era héroe de la Segunda Guerra y senador por Massachusetts cuando se lanzó a la presidencia. Venció por escasos 100 mil votos al vicepresidente Richard Nixon en una elección con casi 69 millones de votantes. Su vicepresidente fue Lyndon Johnson, senador por Texas, líder de la bancada del Partido Demócrata en el Senado y exponente de su ala progresista.
Minutos posteriores a la muerte de Kennedy, se conocía del asesinato de J. D. Tippit, un policía de Dallas. Mientras, en el sexto piso del depósito de libros era hallado un rifle, el arma del magnicidio. Cerca de las dos de la tarde, Oswald fue arrestado en un cine por el crimen de Tippit, minutos después se convirtió en sospechoso de haber matado a Kennedy, cuya muerte se anunció diez minutos antes de la detención del presunto magnicida. Desde que sonaron los balazos contra la limusina y hasta que Oswald fue detenido, transcurrieron apenas 80 minutos.
Los últimos testigos supervivientes
Peggy Simpson, quien en ese momento era reportera de Associated Press que ahora tiene 84 años, se encuentra entre los últimos testigos supervivientes que todavía pueden compartir sus recuerdos de aquel día.
«Se perderá un vínculo tangible con el pasado cuando desaparezcan las últimas voces de ese período», dijo el experto del Museo del Sexto Piso en Dealey Plaza, Stephen Fagin, que cuenta la historia del asesinato desde el Depósito de libros escolares de Texas, donde se encontró la percha del francotirador, Lee Harvey Oswald.
«Muchas de las voces que estuvieron aquí, incluso hace 10 años, para compartir sus recuerdos como los funcionarios, los periodistas y los testigos presenciales, pues muchas de esas personas han fallecido», dijo.